El rapto

el rapto hipoglucemia nocturma

«También conocido como arrebatamiento, El Rapto es la creencia de algunas iglesias cristianas de que … un selecto grupo de cristianos fieles será arrebatado de la Tierra, elevado por los aires y ascendido a los cielos, de modo que será dispensado de sufrir las tribulaciones apocalípticas del fin del mundo.

Estaba yo esta pasada medianoche en mi cocina comiendo como si se aproximara el fin del mundo y me ha venido a la cabeza esta idea para el post de hoy. No creo que lo que yo he sufrido esta medianoche fuera un preludio del fin del mundo, pero he sentido que comía como si no hubiera mañana y que yo no era yo; que mi parte racional perdía el control de la situación. ¿Os suena de algo?

2 de la madrugada. Vuelta tras vuelta, no puedo conciliar el sueño. Hay veces que pasa eso, pero no le das mayor importancia y entre microsueños, sigues intentándolo con denodado interés y empeño sin alcanzar la anhelada fase REM. Pero tras dos horas de vueltas, aquello no prosperaba. Entonces -sin notar nada especial- se me ocurrió: ¿podría ser que esté bajo? Me levanté y comprobé mi teoría: 37. «Vaya, pues sí que estoy bajo», pensé aturdido. Y fue al llegar a la cocina cuando perdí los papeles por completo y sucedió El Rapto. Pan con crema de chocolate, muchas galletas, algunos cereales, unos mordiscos a algo que ni siquiera alcanzo a recordar y todo en unos unos minutos que permanecen en una especie de nebulosa. Mi cabeza -lo que se suele considerar sensata y «bien amueblada»- era incapaz de controlar la situación. Sabía que obraba mal, pero no era yo el que tenía el control. ¿Había sido abducido por alguna especie alienígena que experimentaba con mi voluntad? ¿Estaba hipnotizado? ¿Sonámbulo? ¿O simplemente estúpido?. La realidad es que mientras comía sin parar, analizaba la situación y concluía que el cuerpo es muy sabio, como decía arriba. Y ante una emergencia -como lo es una hipoglucemia- toma decisiones y en ocasiones crea respuestas desmedidas como una llamada a la acción. Se trata de generar una sensación de hambre fuera de control por pura supervivencia. Es nuestra memoria ROM en el nivel más profundo de nuestra cabeza.

Ni que decir tiene que mi glucemia subió. No quise contar las raciones que llegué a comer. Algo absolutamente ilegal en cualquier caso. Dudé incluso si ponerme insulina para controlar el posterior sindios que iba a tener lugar en las horas siguientes. Pero es peligroso estando dormido, así que la cordura volvió a hacer acto de presencia y no lo hice. Mi estómago repleto y yo nos fuimos a la cama esperando una impresionante cifra basal esta mañana. Y esa sorpresa ha sido un rotundo 290. La verdad, esperaba más. «Prometo controlarme la próxima vez», me repetía esta mañana mientras intentaba desayunar (muy poco, porque aún estaba lleno). Siempre digo eso, pero a veces (pocas, por suerte), el cuerpo toma el control y ante valores muy bajos, hace lo que sabe y lo que debe. Y me gobierna en El Rapto sin que yo pueda hacer nada por evitarlo. Esta noche ha pasado. Es infrecuente, pero pasa. Y tú, ¿tienes muchos raptos?

Oscar López de Briñas Ortega
@oscabrinas
https://www.facebook.com/jediazucarado
https://plus.google.com/+OscarLópezdeBriñas